"Cuentan que a media noche hubo en
la carpintería una extraña asamblea. Las herramientas se habían
reunido para arreglar diferencias que no las dejaban trabajar.
El Martillo pretendió ejercer la
presidencia de la reunión pero enseguida la asamblea le notificó
que tenía que renunciar:
- No puedes presidir, Martillo
– le dijo el portavoz de la asamblea – Haces demasiado ruido y te
pasas todo el tiempo golpeando.
El Martillo aceptó su culpa pero
propuso:
- Si yo no presido, pido que
también sea expulsado el Tornillo puesto que siempre hay que darle
muchas vueltas para que sirva para algo.
El Tornillo dijo que aceptaba su
expulsión pero puso una condición:
- Si yo me voy, expulsad
también a la Lija puesto que es muy áspera en su trato y siempre
tiene fricciones en su trato con los demás.
La Lija dijo que no se iría a no
ser que fuera expulsado el Metro. Afirmó:
- El Metro se pasa siempre el
tiempo midiendo a los demás según su propia medida como si fuera el
único perfecto.
Estando la reunión en tan
delicado momento, apareció inesperadamente el carpintero que se puso
su delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el
metro y el tornillo.
Y convirtió unos trozos de madera rústica en un precioso y
elegante mueble.
Al acabar su trabajo se fue.
Cuando la carpintería
volvió a quedar a solas, la asamblea reanudó la deliberación. Fue
entonces cuando el Serrucho, que aún no había tomado la palabra,
habló:
- Señores, ha quedado
demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con
nuestras cualidades. Son ellas las que nos hacen valiosos. Así que
propongo que no nos centremos tanto en nuestros puntos débiles y que
nos concentremos en la utilidad de nuestros puntos fuertes.
La asamblea valoró entonces que
el Martillo era fuerte, el Tornillo unía y daba fuerza, la Lija era
especial para afinar y limar asperezas y observaron que el Metro era
preciso y exacto. Se sintieron un equipo capaz de producir muebles de
calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar
juntos."
Ocurre lo mismo con las personas, sólo hace falta observar: Si en un grupo humano, bien sea en un entorno laboral, familiar etc. sus miembros se dedican a criticar y a centrarse en los defectos o debilidades del resto, el ambiente comienza a ser negativo, irrespirable e improductivo.
En cambio, cuando tratamos de percibir los puntos fuertes de los demás y coordinarlos armónicamente, es cuando se obtendremos los mejores logros.
#psicologia #recursosHumanos #sinergia
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